Dos Marcos con recompensa

 

Ser ciclista sub23 consiste en perseguir una ilusión llamada profesionalismo. Son cuatro años de aprendizaje que mueren cuando alcanzan una línea en la arena, el paso a la categoría Elite, en la cual la esperanza se torna en desespero. El ciclista ya no es un joven que quiere vivir de la bicicleta, sino un nini que vive de sus padres. Es un tiempo de descuento en el que, paradójicamente, el corredor ofrece sus mejores prestaciones de siempre para tratar de impresionar a técnicos que no le estiman porque ya es demasiado viejo para ser una joven promesa. Sin embargo, a veces el destino recompensa el empeño.

 

Marcos Jurado (1991, Pedro Muñoz – Ciudad Real) y Marcos Rojo (1993, Aguilar de Campoo – Palencia), actuales ciclistas del equipo Lizarte, han firmado esta semana sus respectivos contratos con Burgos BH, equipo español de categoría Continental, para la temporada 2017. Rubrican así su anhelado y merecido paso a profesionales en el seno de un conjunto en el cual disfrutarán de un buen calendario para confirmar y reivindicar las cualidades que han mostrado durante su etapa de formación.

 

 

Para Marcos Jurado, este fichaje es la culminación de “siete largos años” en la categoría amateur. El manchego llegó el pasado invierno a Lizarte ya con la vitola de ser uno de los mejores Elite del panorama, de la cual se había hecho acreedor en campañas anteriores con Koplad-Uni2 y Seguros Bilbao. Vestido de ‘rosa’ firmó una excelente Copa de España (2º en la general final) y capturó cinco victorias, entre las cuales destaca el Campeonato de España CRI de su categoría. Ahora llega su oportunidad de establecerse entre los profesionales. “Y, con lo que me ha costado, no pienso desaprovecharla”, declara. “Gracias a la constancia de estos años y al impulso de Lizarte he logrado el salto de categoría. Espero ofrecer presencia en carrera y mis capacidades para el trabajo colectivo a mi nuevo equipo”.

 

 

Por su parte, Marcos Rojo ha vivido esta temporada una de esas luchas denodadas contra los elementos con final feliz que a veces ofrece el ciclismo. Después de una progresión reseñable en sus dos últimos años como sub23, el primero como Elite lo vivió con un objetivo entre ceja y ceja: estrenar su palmarés en la categoría amateur. Mucho fue el cántaro a la fuente, con 11 top10 sin triunfo… Hasta que, en la última carrera de la temporada (Volta a Lleida), alcanzó la anhelada victoria. El fichaje por Burgos BH ha sido la guinda del pastel. “Ahora me siento lleno por dentro”, afirma, “plenamente satisfecho por haber cumplido el sueño de toda mi vida. Podré disfrutar de una temporada entera compitiendo contra los mejores del mundo en las filas de un equipo modesto”.

 

Así, los Marcos se han convertido en el cuarto y quinto ciclistas que se gradúan este invierno con éxito de su aprendizaje en el equipo Lizarte tras Richard Carapaz, Héctor Carretero y Óscar Rodríguez. Ambos agradecen al conjunto navarro su contribución a su formación como deportistas. “Gracias a todos los miembros de Lizarte, y especialmente a sus directores, he evolucionado y desarrollado una determinación que antes no tenía”, cuenta Jurado. “Incluso he aprendido a mover a mis compañeros en carrera. Sin Lizarte, y sin los equipos que me habían apoyado previamente, no habría conseguido este éxito”. Rojo suscribe los agradecimientos de su compañero y añade uno muy personal: “A mi amigo Javier Morante. En mi segundo año de sub23, cuando estaba parado y hundido por las lesiones, me ayudó a salir adelante. Si no fuese por él, el próximo año no sería profesional”.