Un trepador de 51 kilos con un objetivo claro
El Equipo Lizarte ha concretado una incorporación de gran calidad de cara a la temporada 2018: el escalador colombiano Nicolás Sáenz. El ciclista de Bogotá se une así a los 17 ciclistas renovados y a los seis refuerzos anunciados hasta ahora (la perla vasca Íñigo Elosegui, el motor gallego Martín Bouzas, el sexto navarro Miguel Mujika, el escalador vitoriano Ibon Ruiz, el veloz juvenil Raúl Rota y el excelente compañero Miguel Briz) para configurar una plantilla de 25 ciclistas de la cual sólo queda por revelar un componente que llega desde la categoría junior.
Nicolás Sáenz (1997, Bogotá) es uno de esos ciclistas latinos que se atreven a completar su formación deportiva en España, como en su día hicieron Richard Carapaz o Andrey Amador y actualmente hace Jason Huertas. “Vine aquí por primera vez cuando era juvenil de primer año”, explica, “a través de la Sociedad Ciclista Punta Galea”. Es de su mano que conoció la categoría sub23, primero con Seguros Bilbao y después con Eiser-Hirumet, ofreciendo destellos de gran calidad. La pasada temporada, de hecho, se quedó al filo de la victoria en dos mangas del Torneo Euskaldun (Segura e Irún) y una del Torneo Lehendakari (Antzuola) antes de estrenar finalmente su palmarés amateur en la etapa reina de la Vuelta a Zamora, final en el Alto de Moruxal en cuyas pendientes de doble dígito expresó el talento trepador alojado en su cuerpo de sólo 51 kilos de peso.
“Soy sobre todo un ciclista de etapas largas y difíciles”, explica Nicolás Sáenz desde Colombia, donde está disfrutando el invierno ciclista. “Cuanto más duro es el terreno, mejor responde mi cuerpo. También recupero bien de los esfuerzos, así que creo que seré un buen ciclista para rondas por etapas”. Su decisión de integrarse en el Equipo Lizarte vino motivada por su forma de competir. “Tanto ciclistas como técnicos trabajan muy bien. No parecen pensar en ellos mismos, sino en el bien del equipo, y transmiten una gran unión”. El bogotano promete “disfrutar mucho” en 2018 y “trabajar” para mostrar su mejor versión con un objetivo claro en mente: “Ganarme un hueco en el pelotón profesional”.