Campeón de la concentración
Carlos Ruiz nos habla sobre el estado de forma de un ciclista
Las concentraciones de pretemporada de un equipo ciclista pueden ser los días más divertidos del año o los más sufridos. Aunque el objetivo primordial es pasar unas jornadas de convivencia que sienten las bases del año, los entrenamientos en bicicleta son también claves por su calidad. En el caso de nuestro equipo, para muchos ‘juveniles’ puede ser el primer día de su vida en el cual completan 150 kilómetros. Y encima lo harán en menos de cinco horas, con la exigencia que ello supone.
En estos entrenamientos, las series y las subidas pueden ser percibidas por los corredores como horas de la verdad. Aunque los técnicos hagan hincapié en que sólo son ejercicios, el ciclista percibe que se están levantando las cartas, que se está revelando quién ha hecho bien los deberes en casa, que se está configurando una jerarquía que marcará el devenir del curso.
Todos los años, los ciclistas del Equipo Lizarte acaban haciendo una carrera Etxauri arriba, subiendo a pleno pulmón el puerto más cercano a nuestra sede logística. Se baten con fiereza competitiva para dirimir quién es el campeón de la concentración, como si ese título ficticio significara algo.
Carlos Ruiz afronta este año su quinta temporada como ciclista del Equipo Lizarte. Es el más veterano de la plantilla y en alguna ocasión su talento escalador le ha permitido ser campeón de la concentración. Él mismo nos cuenta para qué sirve en realidad esto, su punto de vista sobre qué significa que un ciclista esté en forma y cómo de fácil o difícil es llegar en buena forma al principio de temporada.
Todo el mundo le da mucha importancia a lo físico, a los vatios y los entrenamientos, pero estar en forma es un proceso más mental que físico. El cuerpo puede encontrarse en muy buena forma pero, si mentalmente tienes un freno, el cuerpo sólo llegará hasta el límite que le marque la cabeza.
El entrenamiento de base consiste en acumular kilómetros y se hace en pretemporada con objeto de construir una forma física para todo el año. Con él no basta para estar en buena forma para competir. Hay que complementarlo con entrenamientos específicos, mentalización y descanso para estar en plena forma.
En el Equipo Lizarte no programamos picos de forma en busca de objetivos concretos. Todavía no somos profesionales y es más importante ser regular todo el año que estar a tope en un momento determinado porque debemos acumular experiencia durante toda la temporada y aprovechar cada carrera. Por supuesto que llevamos en mente épocas más importantes, pero no son objetivos concretos como los que se puede marcar un profesional.
Todos los corredores, antes de empezar la temporada, estamos en una forma excelente. Es con el paso de las carreras que se ve quién va creciendo y quién remite, porque la moral se empieza a resentir. Muchas veces los resultados nos condicionan mucho porque nos evaluamos a partir de ellos. Les ocurre a muchos ‘juveniles’: logran un top20 en Zumaia y eso les lleva a equívoco pensando que la adaptación a la categoría ha sido fácil. Después llega la prueba de Ereño, que es durísima, y descubren que en realidad les queda mucho camino por recorrer.
En mi opinión, evaluarse en función del resultado es un error. Es contraproducente marcarse un objetivo demasiado concreto, como por ejemplo ganar el Memorial Valenciaga, porque si acabas el 20º después de haberlo intentado con todo en la escapada puedes acabar con la moral minada. Hay que fijarse en otras cosas: la actuación, el rendimiento, lo que has aportado al equipo.
Las concentraciones son un estímulo para entrenar mejor. Lo hablé con un ‘juvenil’: que lo había pasado bien en la concentración gracias a que había entrenado mucho antes. En el caso de los veteranos, no quieres dar sensación de flojera y, por orgullo, entrenas duro para llegar con buenas piernas. Además, la semana después de la concentración estás más enchufado. Si has estado flojo, por flojo; si has estado fuerte, por fuerte. Tienes ganas de más.
En la concentración no te juegas nada. Por supuesto que es bueno disfrutar los entrenamientos… Pero lo importante no es ser más fuerte que nadie, sino conocer a los nuevos compañeros, juntarse con las personas, tratar con ellas. Al fin y al cabo, “concentrarse” también significa “reunirse”.
Según mi experiencia, no siempre quienes mejor estado de forma demuestran en la concentración son los mejores ciclistas de la temporada. Hay casos en los que sí: Sergio Samitier siempre andaba fenomenal en las concentraciones; Jaime Castrillo nunca coronaba el primero Etxauri, pero era de los últimos en ceder. Y hay casos en los que no: Kiko Galván en la concentración del tercer año de amateur no anduvo nada y luego durante la temporada tuvo un rendimiento espectacular; José Félix Parra el año pasado sufrió mucho y luego fue uno de los mejores del equipo a lo largo del año. En 2020, Diego Uriarte ha pasado miseria en la concentración y sin embargo estoy convencido de que va a hacer una buena temporada.
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