La confianza y las decisiones
Iván Moreno nos cuenta la intrahistoria del Trofeo Guerrita
El Trofeo Guerrita del pasado domingo fue el primer día grande de la temporada 2019 del Equipo Lizarte. Los siete corredores de la alineación compitieron como uno solo para controlar la carrera y rematarla a través del más rápido, Kiko Galván.
Caminando hacia el podio, Kiko Galván me contó el instante decisivo. “Faltaban como cinco kilómetros para meta y de repente uno de los compañeros dijo: ‘¡Kiko!’. Veníamos de media hora de palos, de saltar a los cortes, y ésa fue la señal para organizarnos y ponernos a tirar del grupo pensando en el sprint. No hizo falta decir nada más”.
Esta anécdota refleja dos aspectos llamativos. Uno, la confianza entre los corredores presentes. El otro, el proceso de toma de decisiones, tan fluido. Por eso esta semana hablamos con Iván Moreno: para que nos cuente su punto de vista de la resolución del Trofeo Guerrita y para que nos explique de dónde viene esa sintonía común.
Decidimos jugarnos la carrera con Kiko Galván prácticamente desde el momento en que vimos que había aguantado los dos pasos por la Perdiz. Ya de partida, en la charla técnica, quedo clara la idea de lanzarle el sprint si él estaba en el grupo de cabeza. Sin embargo, es cierto que no tuvimos claro que la carrera no se iba a romper más hasta que faltaron 5 ó 10 kilómetros para meta. Fue entonces que nos comunicamos para colocarnos en fila de a uno y que no se marchara nadie hasta meta.
Nos colocamos en cabeza Bouzas, Parra, yo, Elosegui, Roger y Kiko. No hablamos mucho sobre el orden, pero sabíamos que Bouzas era el ciclista que podía aguantar más tiempo a una velocidad más alta en los kilómetros antes de lanzar. Luego nos pusimos los escaladores porque, al ser más ligeros, no podríamos aguantar tanto tiempo a la velocidad necesaria. Iñigo Elosegui se encargó de guardar la rueda de Kiko en la aproximación para que no le molestara ningún rival y luego dio el arreón dentro del último kilómetro. Y, por último, Roger fue el encargado de lanzar el sprint para Kiko.
Cuando llegué al Equipo Lizarte no sabía nada respecto de estrategia, táctica y toma de decisiones en carrera. Venía de un equipo en el cual no tenía ninguna presión e iba a lo mío; aquí he tenido que desarrollar, y mucho, esa faceta.
Antes de la carrera nos hacemos una idea global de cómo será la competición, pero tampoco podemos anticiparnos demasiado: a medida que van pasando los kilómetros, vamos tomando decisiones. El mismo Juanjo [Oroz, director deportivo] nos dice siempre que somos libres de improvisar la táctica cuando lo veamos conveniente siempre y cuando lo hayamos hablado entre nosotros. Ya después de la carrera, ciclistas y directores hablamos para contrastar sensaciones y sacar conclusiones que aplicar en futuras carreras. Esa discusión a posteriori ayuda bastante para aprender.
La confianza con los compañeros se gana con la convivencia. Los compañeros nos conocemos mucho entre nosotros porque no sólo estamos juntos en las carreras. Entre semana, por ejemplo, solemos pasar tiempo juntos en el piso o en la bajera del equipo. Son momentos en los que afloran los sentimientos, los preocupaciones… Hacemos dinámica de grupo casi sin darnos cuenta. Fuera de la competición se crean los vínculos, para hacernos amigos y compañeros, que después se demuestran en carrera.